Allí en Beas pasó su infancia, donde no pudo acabar sus estudios porque desde muy joven, a los 14, comenzó a trabajar en la construcción.



 

A los 18 años conoció  a María  Martínez  García,  que pronto se convertiría en el amor de su vida.
En aquellos tiempos no había discotecas ni pubs, lo que se solía hacer en Beas era pasear, quedar en casa de amigos para escuchar vinilos y de vez en cuando montar algún guateque.



Escuchaban canciones como Mirando al mar de Jorge sepulveda, Dos gardenias de Antonio Machine o Madrileña en la concha de  Los Xey.

No hay comentarios: